“Es, ya lo sé, el
amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror
de vivir en lo sucesivo.”
Jorge Luis Borges. El
amenazado.
Empezaba a llover fuerte cuando recobré algo de lucidez. Me
dolían las manos de golpearlas contra el coche. Y de repente me di cuenta de
que no sabía hacia donde corría. Estaba muy oscuro, noche casi cerrada, aunque
no serían ni siquiera las ocho de la tarde. Me di la vuelta y cuando vi que
estaba lo suficientemente lejos del coche como para que alguien se estrellara
contra la puerta del conductor que había dejado abierta en esa calle oscura y
sin iluminación, decidí volver y tratar de pensar con claridad.