“Hay días en que no necesitamos el disfraz de
soldado porque, simplemente, somos felices y nada nos hace sentir miserables.
Son los días en que nos reconocemos sin vergüenza ni miedo en el espejo.”
Sergio del Molino. La hora violeta
Los
días siguientes a recibir el diagnóstico Martín me dijo una frase que creo que
nunca olvidaré: “esto es lo que nos quedará”. Y yo pensé que sí. Que nos
quedarían esos días, esa sensación clavada en las entrañas que dificulta la
respiración, esa mezcla de miedo, impotencia y desorientación. Esa necesidad de
arrancarnos la piel, salir de ella y huir lejos. Y que un día dentro de varias
décadas volvería la mirada hacia mi vida y eso sería lo único que habría prevalecido.